(ver artículo anterior)
“La ingesta de agua energizada, activada
por el sol, constituye un aspecto
interesante, que pueden aplicar
desde el principio, por ser muy beneficioso:
en un recipiente de cristal,
redondo, bajo, con tapa asimismo de
cristal, ponga no más de dos litros de
agua, y manténgalo todo el día que
le dé el sol. Tras esto, retírelo del sol,
y preserve el agua para que se refresque
por sí misma, a la sombra, pero
nunca la ponga en el frigorífico. Este
agua se conserva energizada durante
24 horas, y tiene un efecto más
potente y por descontado mucho
más saludable que cualquier bebida
energética que vaya a encontrar en
el supermercado. Recomiendo poner
este agua en el interior de un botijo
de arcilla natural, donde se conservará
sana y fresca, e irla consumiendo
dentro de las 24 horas. No ponerla
nunca en un botijo que contenga metales pesados. Y si
tiene dudas sobre su salubridad hiérvala antes y déjela
enfriar, antes de ponerla bajo el sol.
Un beneficio para la salud de bajo coste y de gran rendimiento.
¿Que puede perder? ¿Unos minutos?
¿Que puede ganar? Quizás más de lo que se imagina.
Sólo una nota más: la constancia es necesaria. No se obran milagros en un día.
Si le funciona, haga de ello una rutina.